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martes, septiembre 20, 2005

10th September. A hard day's night.

Había quedado a las 11:00, así que salí de casa en cuanto pude y como de costumbre perdí el bus y llegué tarde. Le dije a Florence que se viniese conmigo y así le explicaba un poco por dónde debía moverse en el City Center. Llegamos a O’Connell a las 11:20. Le expliqué dónde tenía que coger el bus de vuelta, las tiendas más baratas que había encontrado y el mercado de verduras, y allá que se fue. Entonces yo me fui para el Spire, donde había quedado con Miriam y nos fuimos a buscar el mercado orgánico.
Estaba en una plaza de Temple Bar, pero tuvimos que dar unas cuantas vueltas porque estaba muy escondido. Una vez allí vimos muchas cosas artesanales (sólo de comida, eso sí), pero los chorizos no los encontré por ningún sitio. Había salchichas y algo como butifarra o chistorra o algo así, pero nada de chorizos. También encontré turrón del duro, por lo menos eso es lo que parecía, aunque luego en realidad estaba como blando y algo correoso. Como estaba todo carísimo, no compré nada… Bueeeno, vaaaaale, lo reconozco, me compre un trozo de tarta de chocolate, pero es que no podía resistirme a la tentación…
El caso es que salimos de Temple y nos fuimos a St. Stephen’s (siempre ando por allí, eh?), porque los sábados por la mañana hay un montón de pintores con sus obras expuestas en los aledaños (creo que ya lo he contado), y quería verlos más de cerca, porque sólo lo había hecho desde el autobús. Sin embargo, cuando llegamos no había ni rastro de una sola pintura. Lo cierto es que amenazaba lluvia, así que supongo que los artistas no se querrían arriesgar a que les pasase algo a sus obras. Nuestro gozo en un pozo.
De ahí nos fuimos al museo de historia natural, que tiene entrada gratuita de martes a domingo (el lunes cierra), y estuvimos viendo una sala en la que tenían expuestos los animales de origen irlandés. Pocos mamíferos y muchos pájaros y peces. También tenían una gran cantidad de insectos. Seguramente los más espectaculares eran un león marino y un esqueleto de un ciervo gigante. Pero gigante que te cagas. Tenían además unos peluches muy graciosos de ciervos, leones, pingüinos y tal.
Como ya eran casi las dos no nos dio tiempo de pasar a ver la sala de animales del mundo, pero la visita estuvo muy interesante, así que quedamos en volver algún otro día. Nos fuimos hacia Mary Malone (una estatua de una vendedora de pescado que hay frente al Trinity Collage), que era donde había quedado con los peruanos, y de ahí Miriam se fue para casa y nosotros tres a la Guinness Storehouse.
Nos costó un buen rato encontrar el camino al lugar porque en una de las bifurcaciones me equivoqué y nos fuimos hacia el río. Tuvimos que dar un buen rodeo para llegar. Tras ello, lo único que puedo decir acerca de la visita se resume en una palabra: decepcionante. Esperaba muchísimo más de la que está calificada como al atracción turística nº1 de Irlanda. Pensaba que iba a ser una visita a la fábrica (o factory, como dicen por aquí), pero en cambio lo único que hicimos fue pasar a un edificio decorado de un modo no especialmente brillante en el que te explicaban, mediante pósters en las paredes, los procesos para hacer la cerveza, los diferentes tipos de botellas, cómo se hacen los barriles, beneficios y perjuicios del alcojol… Era un minimuseo de la Guinness en lugar de la fábrica. Y para ver eso tuve que pagar 9,60€. Y eso yo que soy afortunado porque tenía el carné de estudiante. Guillermo y Víctor tuvieron que pagar 14 €. Sin duda lo mejor de la visita fue la pinta que nos tomamos en el Gravity Bar, que está situado en lo alto del edificio, y desde el que se puede ver todo Dublín, ya que tiene unas grandes cristaleras todo alrededor. Muy espectaculares las vistas, y la cerveza espectacular. Con su dibujito de un trébol en todo lo alto. Muuuu rica.
De allí salimos como a las 5:30, y en la tienda que tienen me compre una “coffee mug”, vamos una taza de café, marca Guinness, que está chula que te cagas.

Nos separamos porque ellos no iban a salir, que estaban tocados de la garganta, y me fui a hacer algunas comprillas para la casa. En esto que a las 18:00 me llama Miriam y me dice que ha quedado con los kikes a las 19:00 en el pincho. Evidentemente no me daba tiempo a llegar, así que quedé con ella más tarde y me fui a casa a cenar.
Cuando volví al city center la gente se había metido en un pub, así que me fui para allá. El Dakota, un gran toldo verde y dos gorilas más grandes que los que hay por ciudad real en la puerta. Los cuales fueron tan amables de no dejarme entrar. Así que pensé que ya me la habían jugado otra vez, pero he aquí que la suerte me hizo dar la vuelta a la manzana, y resulta que era como la web de la private, ¡¡tenía una backdoor!! Y por ahí sí que me dejaron entrar. Curioso, ¿no? Si vas por la puerta principal tienes que hacer cola como un campeón, y si vas por la trasera entras al momento. Se me ocurre un chiste pero como es un poco bruto me lo voy a ahorrar. El que quiera que me lo pregunte ;)
El caso es que me los encontré dentro con cara de sorpresa y lo primero que me dice Kike es “¿Y tú cómo has entrado aquí?” a lo que le contesté “¿Qué pasa, queríais deshaceros de mi?” Una vez limadas las asperezas iniciales, XDDDDD, me pillé una Guinness y nos fuimos a buscar un sitio en el que estar dentro del garito, que estaba abarrotado. Allí estaba Marta, una chica española que me habían presentado los kikes y un montón de gente que no conocía. La más simpática era Neele, una alemana de 19 años igual de alta que yo y que habla inglés realmente bien. Estuvimos charlando un buen rato y entonces los Kikes y Miriam dijeron que se iban fuera a hablar, que cuando saliéramos nos veíamos. Eso ya me olía a chamusquina, y, efectivamente, cuando salimos no había ni rastro de ellos. Estuve también hablando con unos chicos polacos mu majos. Principalmente de fútbol, que es el tema más socorrido con tan poco recurso lingüistico como teníamos.
Por aquí también hay gente vendiendo rosas de esas de un euro, pero son indios de la India, y uno de los italianos que venían, que no tiene ni papa de inglés, le regaló una a Marta, y, de hecho, estuvo tirándoles los trastos toda la noche. ¡Qué tio más pesao! La cosa es que, al final, no sé si coló o no, pero el caso es que se la trabajó todo lo que pudo, aunque creo que ella no estaba por la labor.
A eso de las 3:30 me cogí el autobús de vuelta para casa y me puse a sobar, que al día siguiente quería ir a Howth.

7 Comments:

Blogger Alfondo said...

Yo pregunto por el chiste. Sabes que uno es cortito y no las pilla al vuelo.
¡No te estás quedando ni un día en casa, campeón! Cuando vuelvas no te va a igualar nadie en la escala de angloparlante. Piako is now international, heaven help us!!

10:55 p. m.  
Blogger Fran said...

Marchando una de información privilegiada al correo de la alfonseta!!

11:26 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo tampoco entiendo el chiste y me da envidia que a alfonso se lo cuentes via email y a mi no.
Tu verás si quieres hacer agravios comparativos.
Ciaooo

6:27 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por cierto, yo no sé el Kike ese de qué va. Y Miriam es una ingraaaataaaa¡¡¡¡
(es que si no lo digo, reviento)

6:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por cierto, yo no sé el Kike ese de qué va. Y Miriam es una ingraaaataaaa¡¡¡¡
(es que si no lo digo, reviento)

6:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Jo, que mi comentario ha aparecido dos veces. Encima de torpe acaparo todo con mis comentarios.

6:36 p. m.  
Blogger Alfondo said...

Zyrma,
es que tú también puedes llegar a ser un poco ingrata si te lo propones :)
Y Fran, muy muy mal, esto de llevar 15 días de retraso en la publicación de las crónicas le quita mucho atractivo al asunto. Apúntate un tirón de orejas.

5:01 a. m.  

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