23rd September. Playing truant.
Hoy tenía clase con Willi. Y digo tenía porque lo cierto es que no fui. ¿Por qué? Porque me fui a jugar al fúmbol con los otros doctorandos. Tenía muchas ganas de hacer deporte, qué pasa.
Estoy hecho un figura. Aquí los campos son una mierda, el balón un globo y la gente no es que juegue demasiado bien, así que destaco sobre la media, increíble, ¿verdad? Después del fútbol fuimos al ‘Centre Bar’ porque Jerzy se volvía a Polonia y nos quería invitar a unas pintas. Yo me quería tomar sólo una, pero ignoraba que el significado de una pinta aquí en Irlanda es mínimo de tres. De hecho no pagué ninguna ronda, y acabé como el kilo. Menuda manera de volver al curro. Por el camino, Barry y yo nos pillamos algo para comer y unos caramelos para disimular el alientazo cervecero.
De hecho, hice bien en comer algo, porque a las cuatro y media vino a verme Willi, así que hubiese sido algo comprometedor estar apestando a Guinness en la oficina. Esta tarde hablamos bastante rato, así que me dejó a eso de las cinco y media, y habíamos quedado a las seis y media con Audrey y Olivia, así que recogí a Manuel y nos fuimos a toda prisa para mi casa a dejar el portátil. Pero ni por esas. Estuvimos esperando 25 minutos el autobús, y llegamos más de media hora tarde, por lo que, evidentemente, ya no estaban en el lugar donde habíamos quedado. El mayor problema era que no tenemos su teléfono, porque es francés y aún no tienen uno irlandés, así que no pudimos avisarlas. Un desastre desastroso. No le he cogido, ni creo que lo haga antes de irme, el tiempo a esta maldita ciudad. No me gusta eso de dejar a la gente colgada esperando (ahora supongo que alguno de los que leen esto empezarán a reirse, pero es cierto, no me gusta, otra cosa es que lo haga sin querer alguna que otra vez).
De todos modos, nos fuimos Manuel y yo al Porter House a cenar y me tomé un Irish Stew, pero vamos, que me pareció más falso que el beso de Judas. No me gustó mucho la verdad. Lo que sí que me gustó, y me conozco a alguien a quien le van a hacer los ojos chiribitas fue la hemp beer que me tomé. Así traduciéndolo me dijeron que era una cerveza de marihuana. Tiene un sabor muy característico. ;)
Tras el Porter House nos fuimos a un lugar un poco apartado del Temple Bar en el que nos estuvimos tomando un par antes de irnos para casa. Es un sitio bastante típico, ahora no recuerdo bien el nombre, creo que era O’Mulligans o algo así. No es el típico pub para turistas, sino que, según me dijo Manuel, se parece mucho más a lo que son los pubs irlandeses tradicionales, en los que no hay música ambiental y la gente canta canciones típicas. Había un grupo de chicas cantando canciones estilo ‘Seven drunken nights’ en un rincón pero la gente no les hacía mucho caso.
Manuel me estuvo contando acerca de las Aran Islands, que son unas islas pequeñas frente a la costa de Galway, en las que no hay mucho turismo, y la mayor parte de la gente habla sólo irlandés. Me aconsejó ir a visitarlas y me dijo que, si podía, pasase allí la noche, porque era una experiencia muy interesante.
Estoy hecho un figura. Aquí los campos son una mierda, el balón un globo y la gente no es que juegue demasiado bien, así que destaco sobre la media, increíble, ¿verdad? Después del fútbol fuimos al ‘Centre Bar’ porque Jerzy se volvía a Polonia y nos quería invitar a unas pintas. Yo me quería tomar sólo una, pero ignoraba que el significado de una pinta aquí en Irlanda es mínimo de tres. De hecho no pagué ninguna ronda, y acabé como el kilo. Menuda manera de volver al curro. Por el camino, Barry y yo nos pillamos algo para comer y unos caramelos para disimular el alientazo cervecero.
De hecho, hice bien en comer algo, porque a las cuatro y media vino a verme Willi, así que hubiese sido algo comprometedor estar apestando a Guinness en la oficina. Esta tarde hablamos bastante rato, así que me dejó a eso de las cinco y media, y habíamos quedado a las seis y media con Audrey y Olivia, así que recogí a Manuel y nos fuimos a toda prisa para mi casa a dejar el portátil. Pero ni por esas. Estuvimos esperando 25 minutos el autobús, y llegamos más de media hora tarde, por lo que, evidentemente, ya no estaban en el lugar donde habíamos quedado. El mayor problema era que no tenemos su teléfono, porque es francés y aún no tienen uno irlandés, así que no pudimos avisarlas. Un desastre desastroso. No le he cogido, ni creo que lo haga antes de irme, el tiempo a esta maldita ciudad. No me gusta eso de dejar a la gente colgada esperando (ahora supongo que alguno de los que leen esto empezarán a reirse, pero es cierto, no me gusta, otra cosa es que lo haga sin querer alguna que otra vez).
De todos modos, nos fuimos Manuel y yo al Porter House a cenar y me tomé un Irish Stew, pero vamos, que me pareció más falso que el beso de Judas. No me gustó mucho la verdad. Lo que sí que me gustó, y me conozco a alguien a quien le van a hacer los ojos chiribitas fue la hemp beer que me tomé. Así traduciéndolo me dijeron que era una cerveza de marihuana. Tiene un sabor muy característico. ;)
Tras el Porter House nos fuimos a un lugar un poco apartado del Temple Bar en el que nos estuvimos tomando un par antes de irnos para casa. Es un sitio bastante típico, ahora no recuerdo bien el nombre, creo que era O’Mulligans o algo así. No es el típico pub para turistas, sino que, según me dijo Manuel, se parece mucho más a lo que son los pubs irlandeses tradicionales, en los que no hay música ambiental y la gente canta canciones típicas. Había un grupo de chicas cantando canciones estilo ‘Seven drunken nights’ en un rincón pero la gente no les hacía mucho caso.
Manuel me estuvo contando acerca de las Aran Islands, que son unas islas pequeñas frente a la costa de Galway, en las que no hay mucho turismo, y la mayor parte de la gente habla sólo irlandés. Me aconsejó ir a visitarlas y me dijo que, si podía, pasase allí la noche, porque era una experiencia muy interesante.