Asalto a la fábrica de la Guinness

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Lugar: Spain

martes, octubre 11, 2005

17th September. The launderette.

Me levanté tempranito para llegar temprano al examen este de nivel de inglés y vi a Philippa más cabreada que un mandril diciéndome que alguien le había escondido uno de los capachos de la basura, posiblemente el vecino con el que tuvo la discusión la noche antes.
La dejé con sus gilipolleces, y me fui para la uni. Antes de entrar al examen estuve hablando con una profesora que se encargaba de orientar a la gente que no tenía claro el nivel que quería hacer y me recomendó que hiciese el FCE (First Certificate English), lo que no me dejó muy contento, porque mi idea era intentar el CAE (Certificate in Advanced English), pero le hice caso y me metí al First. El caso es que lo vi bastante facilote salvo por la conversación, como de costumbre.
Cuando terminé me fui un rato para la uni y estuve reinstalando programas. Chunmin se trajo un CD muy majo de Windows que es autoarrancable y que carga el Sistema Operativo desde el CD (algo así como el Knoppix ese que le gusta a Guille). Estuvo intentando demostrarme que lo podía haber arreglado sin reinstalar el sistema, pero la verdad es que parecía que no tenía ni puñetera idea de lo que estaba haciendo. Eso sí, el CD me lo grabé, que parecía muy interesante. La única pega es que está en chino, pero por los iconos puedes saber lo que estás haciendo (mas o menos ). Al final le despedí, porque se iba de viaje a los USA a un congreso y a hacer un poco el turista.
Después de comer me fui a hacer la colada por primera vez a la lavandería, que está en una de las residencias del campus, Glenomena, que es para estudiantes de doctorado. Antes de que me digáis que soy un guarro que sólo lavo una vez al mes, recordad que había lavado en casa de la Madame Butterfly que tengo por casera. En la lavandería conocía una chica holandesa que se llama Femke, que me estuvo explicando cómo funcionaban las lavadoras aquellas, ya que no tienen el sitio éste para poner el suavizante y el detergente, sino que lo tienes que echar con la ropa, y el programa de lavado que tenía que seleccionar, (¿Alguien sabe qué es eso de permanent press?). Y también conocí a Sofía y Marta, dos galleguiñas la mar de simpáticas que están haciendo un master de, ojo al dato, literatura española en Dublín. Manda huevos (o ‘bollocks’ como dicen por aquí). Estuve un buen rato hablando con ellas y me invitaron a una fiesta en su residencia la semana siguiente.
Tampoco fue tan terrible lo de hacer la colada en la lavandería, si no fuese porque me lleva 30 minutos ir andando hasta ella, lo que hace una hora andando, 40 minutos para el lavado y otros 40 para el secado. Al final son más de dos horas y media perdidas en llevar la puta ropa. Total, que como me había llevado tantísimo tiempo, llegaba extra tarde a casa de Valentine, que nos había invitado a cenar a los peruanos y a mí. Me pasé por el TESCO que tenía de camino porque tenía que llevar el postre y compre una tarta de chocolate y mascarpone que estaba de chuparse los dedos.
Llegué como una hora tarde, más o menos, así que llegué justo cuando la comida estaba preparada :D A mesa puesta que lo llaman algunos. Cenamos espaguetis con carne, tomate y champiñones, y les salió de chuparse los dedos. Todo regado con un vino rosado de California que estaba lujurioso total. Mu rico, mu rico. Una cena estupenda.
Después estuvimos contando chistes (yo conté el de la Budweiser, jajaja) y riéndonos del partido de rugby que estaban echando por la tele. Me fui pronto a casa, porque al día siguiente Guillermo y yo nos íbamos a Howth con Florence. De hecho, Guillermo se iba a primera hora con Valentine a la misa esa protestante que está empeñado en que vaya algún día.

16th September. I am a damned lamer.

Hoy, de nuevo, me llevé los apachusques para jugar al fútbol, pero tampoco estábamos suficientes, así que me fui a clase de ‘Applied Dynamics & Control’, que es una asignatura de cuarto curso que imparte Willi. Un poco rollete porque es muy matemática, y, además, son cosas que me suenan mucho. Yo pensaba que íbamos a ver cosas distintas a las que ya había visto en España, pero no.
Pero vamos, que este día lo recordaré como el día en que me pasé de listo. Como de costumbre, me puse a enredar con el ordenador como si supiera lo que hacía, con los resultados habituales: catástrofe. Veamos, Chunmin quería hacer una red lan en la oficina y poner un ordenador como servidor de impresión, así que me pidió que cambiase el dominio para ponerme en el que él había creado en el servidor. Claro, como los Albertos me dieron permisos de administrador en el portátil, podía hacer cambios de este tipo en la configuración. Qué listo soy, mira lo que puedo hacer. ¡Ay, bendita ignorancia! Resulta que cambié el nombre del dominio y quité el de la universidad, pero antes no me creé un usuario local. Moraleja: no podía entrar al ordenador, porque no sabía la contraseña local de administrador. Vamos que la había cagado, pero bien. Como me suele pasar con estas cosas, me entró el pánico y apliqué una variante de la técnica Ismael (para el que no lo sepa, la técnica Ismael consiste en el formateo compulsivo de discos duros XDDD) : la sobreinstalación del sistema operativo. Al sobreinstalarse lo que ocurre es que se borran todas las librerías dinámicas y la configuración antigua. Así que me borré todo el correo que tenía y encima no podía ejecutar casi ningún programa. Bueno, que me pasé la tarde reinstalando. Y menos mal que Manuel me pasó una copia del Office 2003, porque no lo tenía aquí. (Ahora que lo pienso, los directorios de los usuarios antiguos están ahí todavía, así que a lo mejor todavía puedo abrir los correos…)
Con el bajón que tenía encima por el desaguisado del ordenador, esa noche no me apetecía salir, así que me quedé en casa hablando un buen rato con Florence, aprovechando que Philippa había salido y no nos molestaría, que se pone mu cansina. Estuvo contándome cosas muy interesantes de Japón y de Korea. Ya os las contaré cuando nos veamos.
Me acosté temprano porque al día siguiente tenía el test de nivel para lo de los cursos de Cambridge, pero cerca de las doce me despertó una música a toda leche que venía de la calle. Era ópera, y a ver si sabéis quién era el gamberro que la tenía a toda pastilla: Philippa. La madre que la parió. Pero que la tía se quedó en el coche (con las ventanillas abiertas) con la ópera a todo trapo. Imaginaos cómo fue la cosa que un vecino le estuvo diciendo lindeces hasta que apagó la maldita radio. En fin, creo que a esta tía le falta un tornillo…

12-15th September. A boring week

Esta semana fue bastante aburrida, o, mejor dicho, normal. No hubo nada interesante que contar, y creo que por eso perdí el ritmo de las crónicas. Hay que ver qué excusas más majas (y más tontas) me invento para justificarme, eins??
Simplemente fui al centro a pillarme el 2º libro del potter, que, aunque lo había sacado de la biblioteca, quería tenerlo mío, mi tesssoro, y a comprar también una tarjeta de éstas de llamadas baratas, que ya me había fundido los primeros 20€.

11th September. Going Howth, 1st round

Como de costumbre los domingos, me levanté más tarde de lo que quería, ya que hoy pretendía ir a Howth con Florence, TangWen y Valentine. Había quedado con Tangwen en la escuela sobre las 12, pero al final nos pusimos en camino a esa hora, y con eso de que Florence no puede andar rápido porque tiene algún tipo de problema en la cadera, tuvimos que andar despacio y llegamos después de las 12:30. De ahí, Tangwen nos engañó y nos dijo que la estación de DART (uno de los tranvías de la ciudad) de Booterstown estaba cerca de UCD. Y una mierda. Está a media hora de camino al paso de Florence, así que al final llegamos a la estación a la una. Y aquí es cuando llega lo bueno. Resulta que no hay puto DART durante los fines de semana. Así que imagínate Después de andar una puñetera hora, no podemos coger el DART. Podríamos haber cogido un bus para ir al centro ciudad y de ahí otro hacia Howth, pero hubiésemos tardado un montón, y estaba tan mosqueado por haber andado una hora y pico cuando el bus lo podía coger al lado de casa que directamente pasé de ir.
Para volver a casa teníamos que ir a Blackrock a coger el bus, así que nos fuimos para allá y pasamos por un parque bastante majo con otro lago con más patos, a los que, por supuesto, saqué fotos para que Laurichu no se me enfade ;)
Una vez llegamos a Blackrock estuvimos haciendo unas compras en el centro comercial y me pillé el cuarto de Harry Potter. Sí, ya sé que no tengo el 2º ni el 3º, pero es que estaba más barato que en el City Center y los otros no los tenían en la tienda.
Mientras esperábamos al bus estuve tomando un Java Steamer (que es básicamente leche con sirope) en un café cerca del mar. La verdad es que es una pena cómo han tratado al mar aquí en Dublín. No sé si será a causa de las mareas o por qué, pero no tienen playa, ni paseo marítimo, sino que han construido el DART justo al borde del mar. Además da la impresión de viejo porque los muros están desconchados o llenos de pintadas o ambos. Es una pena, porque tienen kilómetros de costa que podrían convertirse en un maravilloso paseo.
Así que, al final, lo que parecía una excursión a Howth se convirtió en una excursión a otro centro comercial distinto. Estoy ya de visitar centros comerciales hasta ahí mismo.

Si es que la verdad es que no tengo tiempo

Eso es lo cierto, que al final resulta que el problema no es que la gente me lea o no, sino que no tengo tiempo ninguno para escribir este diario. Haré lo posible, es decir, quitarme horas de sueño, para continuar con ello, pero no os garantizo nada.

El otro día 7 de Octubre (mi cumpleaños, gracias Darki!!!!) recibí un correo de un amigo que decía algo así como 'ni el tiempo ni la distancia impedirán que te felicite'. Una gran frase que me hizo ponerme un poco melancólico. Y me puse a pensar y a echar de menos y le respondí algo tal que así.

"Últimamente los días son grises. Las nubes pasan rápido, pero siempre vienen otras. Parece que por aquí ya se ha acabado el verano. Estoy conociendo gente, pero no pueden ser relaciones duraderas, al fin y al cabo yo me voy en Diciembre, y tanto yo como la gente que está aquí, lo sabemos, por lo que no hay una persona en la que confiar plenamente, o a la que abrirle tu corazón.

Hoy estoy en un día un tanto melancólico, quizá por el tiempo, quizá por la distancia, quizá simplemente por esa primera frase de tu correo. Pero, afortunadamente, estoy bastante bien, disfrutando el tiempo que estoy aquí, y aprovechándolo, más o menos, para mis aspiraciones de la tesis."

No os preocupéis, que este ataque de morriña sólo me da cada tanto. De hecho se me quitó cuando ví el nuevo episodio del cálico electrónico, el cual os recomiendo a todos, ya que cuenta cómo se forjó la leyenda del más grande superhéroe español de todos los tiempos.

Bueno, pues enseguida continúo con las crónicas de una estancia anunciada (a bombo y platillo).