Asalto a la fábrica de la Guinness

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Lugar: Spain

viernes, agosto 12, 2005

11 de Agosto. Supper at home.

Ayer la verdad es que no hice nada interesante aparte de probar un par de ensaladas raras en el restaurante y llamar a mi madre, así que no voy a contar nada, porque al final Riaan no me llamó, lo cual me parece bastante normal De hecho, igual me dijo que me pasase por su casa y yo no me enteré, o igual incluso quedamos en algún sitio sin darme cuenta. El caso es que no he sabido de él.
Hoy he entrado por primera vez en la biblioteca principal del UCD, y es un pasote comparada con lo que tenemos nosotros. La verdad es que un pasote se queda corto. Es la releche en bicicleta. No veas qué cantidad de publicaciones periódicas científicas tienen. Y por fin he encontrado el Meirovitch, pero el bueno, el de Fundamentals on vibrations. Pues para entrar resulta que necesitas la tarjeta de estudiante, que tiene una banda magnética y la tienes que pasar por un lector como en el metro para que te deje entrar. Lo que pasa es que como todavía no me han dado la dichosa tarjeta, me han hecho una provisional de cartón y me han dejado pasar. Una vez dentro se acabaron las miserias, ¿para qué vas a subir escaleras si son mecánicas y te suben ellas? Mu currao. Tiene cuatro plantas y la de ingeniería es la última. Una vez dentro una señora muy simpática me ha explicado cómo buscar los libros en el computer, cómo está distribuida la numeración en las estanterías y cómo sacar fotocopias, que aquí tienes que comprar una tarjeta magnética (como una de crédito) e ir rellenándola cuando quieras hacer copias. 1€ = 17 fotocopias. Echad cuentas.
Luego he estado comiendo con Tangwen y Valentine en el restaurante. Me ha parecido bastante curioso que estábamos tres personas de tres continentes distintos. El próximo día a ver si está también Guillermo, el peruano, y así ya sólo nos quedará buscar un australiano/neozelandés para completar la vuelta al mundo . Menudo trío. El menú era patatas fritas, arroz y una especie de estofado con curry. Very good, actually.
Esta tarde había quedado en encontrarme con Hernán, el hijo de Daniel y Gabriela, pero finalmente no pudo ser porque llegó tarde de una excursión que estaba haciendo y yo me tenía que ir a casa a cenar con Philippa y sus amigos.
Cuando volvía a casa, estuve hablando con Tangwen (que vive muy cerca de donde vivo yo), y le pregunté acerca de las instalaciones deportivas. No sé, quizá me apunte a algún club para conocer gente. Hay multitud de deportes para elegir. Aquí hay dos deportes nacionales: el fútbol gaélico y el hurling (creo que se escribe así). Lo del fútbol gaélico es cachondísimo, porque es una mezcla de fútbol y rugby, y la gente coge el balón con la mano, sale corriendo, y cuando está en el área lo suelta y le pega un patadón para tirar a portería. Crazy! El hurling no sé muy bien en qué consiste, pero se juega con unos sticks para batear y parar la pelota. Parece un deporte para personas con reflejos felinos. Intentaré ir a ver algún partido, que parece que se juegan todos en Dublín ahora durante el verano. Me han dicho que los equipos buenos son Cork y Kilkenny.
Bueno, elucubraciones al margen, cuando he vuelto a casa, Philippa casi había terminado de preparar la cena. Yo pensaba que iba a ser un piscolasbis en plan relajado y tal como podemos hacer alguna noche allí en España, pero no. Era una cena en toda regla. Con su vino de bienvenida (italiano, no español) en el sitting room, y la dinner sentados a una mesa en el living room, al lado de la kitchen. Me ha hecho bastante gracia que la dueña dijera que era una ‘fish paela’, porque eso no era una paella ni de cachondeo, pero claro, me he callado por no dar demasiado por saco. El caso es que era arroz (otra vez) con salmón y verduras. Y estaba muy bueno. Ha sido extraño porque ese ha sido el primer plato, después ha pasado un bol con ensalada (compuesta, básica y únicamente, de lechuga), y después queso y crackers (una especie de tostadas). Yo creo que lo lógico era comerlo al revés, pero bueno. Para postre unas fresas con crema (nata líquida) y azúcar.
Pues a las 19:30 ha empezado a venir la gente. Puntualmente ha llegado Charlotte, que es la hija de Ann, la mujer francesa que conocí la semana pasada. Después Hugo y Rosalind, que se casan el mes que viene y en cuyo honor era la cena. A continuación Alfred que es un libanés de padre irlandés y madre italiana, y que nos ha contado cómo le secuestraron dos veces por error en el Líbano y cómo, los secuestradores, al darse cuenta de su error, le invitaban a tomar café como si nada hubiese pasado. Increíble. Por último, y casi media hora tarde (ni que fuesen yo, joder), James y Niamh que son un matrimonio que parece que hayan viajado por medio mundo. ¡¡Si hasta habían estado en Toledo y Ciudad Real!! La verdad es que ha sido bastante agotador intentar entender lo que decían, porque hablaban de muchas cosas, y de muchos sitios, (por cierto, no saben ni pronunciar Santiago de Chile), dos o tres personas a la vez, así que prácticamente no he entendido nada. Pero ha estado bien para practicar acentos. De lo poco que me he enterado ha sido de que Philippa fue azafata en la PANAM, la compañía que estafaba Leonardo Di Caprio en “Atrápame si puedes”.
Bueno, pues espero que mañana la barbacoa del departamento no sea igual y pueda comunicarme algo más con la gente, porque esta noche casi no he podido ni meter baza. A ver si hago amigos irlandeses que me enseñen los secretos de la ciudad y me ayuden a pillar unas entradas para el hurling.

miércoles, agosto 10, 2005

9 de Agosto. Despedida de Ana

Hoy ha sido un día, que podríamos calificar de tranquilo o incluso de lo que puedo esperar que sea un día normal por aquí. Apagar el despertador cuando suena y despertarme media hora tarde, como en España. Ducharme. Hacer el desayuno. Ir a UCD. Trabajar. Comer en el restaurante, donde he comprobado que tienen unas ensaladas la mar de apetitosas que no te cobran por ración ni nada de eso, sino al peso. Te echas lo que quieres y te lo cobran como los caramelos: a tanto los 100g. Qué curioso. Por cierto, he comido smoked cod, (creo que es bacalao ahumado). Hablar con William, que es una maravillosa persona y me explica los detalles, los conceptos, con todo el cuidado que puede. Creo que ha sido un acierto venir para acá.
Luego he vuelto a casa, donde Philippa estaba cocinando porque venía una amiga suya a cenar, (esta vez no me ha invitado), y me he vestido para salir, porque era la fiesta de despedida de Ana, una de las dos españolas que conocí el domingo, y habíamos quedado en el garito de las antorchas (en Fivepennys Lane, o algo así) al lado del Temple Bar. Me he tomado por fin mi primera pinta de Guinness, y está buenísima. Los dublineses estos cabrones la hacen mejor en su casa para que vengamos a hacer turismo, seguro. Esta noche he conocido a un monton de gente, españoles, irlandeses, chinos. De ellos, tres chicas eran también manchegas. Había una de Fuente el Fresno que se llama Olivia, otra de Toledo y otra de Valenzuela, Rafa!!! Hay que joderse, que me tenga que ir a Dublín para conocer a alguien de Valenzuela. Ha sido una noche agradable. Una pinta y a casa. Pero había tanta gente que no conocía que a veces surgían silencios incómodos. Lo típico.
Pues nada, mañana veremos si Riaan me escribe un correo o me llama a casa para dar una vuelta como me comentó ayer, que me vendría muy bien para aprender algo de slang. Ya os contaré. Por cierto, hoy he probado dos nuevas barritas de chocolate (me voy a poner más gordo de lo que estoy), Snickers y Lion, y, definitivamente, la primera es la mejor de las que he probado. Seguiré con el sondeo en nuevos capítulos.

8 de Agosto. Afeitándome con jabón.

En breves momentos...

7 de Agosto. Tortilla de patatas

Está al caer...

6 de Agosto. Toma nivel de vida

Próximamente...

5 de Agosto. Hablando español.

Pronto en sus monitores...

4 de Agosto. Me quedo en la calle

Este día me lucí. Pero como un campeón. Pues no que voy y me despierto y miro el reloj y son las 9:15. Digo ya la he liao, ahora llego tardísimo al UCD y encima sin desayunar, porque se me habrá pasao la hora. Así que me duché y me vestí todo lo rápido que pude y salí echando leches a tomar el desayuno, lo que quiere decir que a las 9:45 estaba abajo. Cuando llamo al timbre, y me sale la landlady, más cabreá que un mono diciéndome “istentuseven, istentuseven”, que claro, ahora veo claramente lo que me quería decir, pero entonces no entendía nada. Yo pensaba que ya me había quedado sin desayuno. Bueno, pues no. Resulta que el puto reloj de la habitación (un radio-despertador de esos) se había adelantado cosa así como 3 horas, así que lo que me decía la mujer es que era demasiado pronto para que me pusiesen el desayuno, que no lo servían hasta las 7:30 como muy temprano. Quedé como un señor. Total, que cuando me di cuenta de lo que pasaba, porque miré mi maravilloso reloj de pulsera, que por algo está ahí, me subí a la habitación completamente avergonzado y me senté a esperar a las 8 para bajar a desayunar. Cuando bajé me disculpé doscientas mil veces, y pregunté si me podía quedar esa noche también, porque sólo tenía la habitación reservada dos días, y me dijo que no, que estaba llena la casa. Ostia. Se me cayó el alma a los pies. Tenía que dejar la habitación antes de las 11, y sólo podía dejar el equipaje en la casa hasta las 7. A las seis tenía otra visita a un piso, pero entonces lo tenía clarísimo. Me quedaba con Philippa.
Hice la maleta y la dejé en el hall. Luego me di cuenta de que me olvidé un par de gayumbos en un cajón, ¿qué harían cuando los vieran? Me hubiese gustado ver su cara diciendo “Disgustin!!!”. Me fui a UCD y de allí salí para el City Centre, porque tenía cosas urgentes que comprar. 1,50€ de bus y 20 minutos de viaje. Escuchando a ‘Los Piratas’, eso sí, gracias al palito musical de Laura, que ha probado serme muy útil. Muchas gracias, cielo. Cuando llegué a Saint Stephen’s Green, que es un parquecillo mu chulo en medio de la ciudad con un riachuelo, y un puente, y patos y otros pajarracos que no sé lo que eran y un montón de flores y eso, me fui directo a la tienda de Grafton Street que me había dicho Niamh, para comprar un móvil, porque, como yo ya sabía, y me dijeron allí, si no tenía el móvil liberado, no podía comprar sólo la tarjeta. Pues nada, me compré un Vodafone, por aquello de que es la mayor compañía aquí en Irlanda y no estoy yo muy sobrao como para ir gilipolleando ahorrándome unos céntimos. Vamos a lo seguro. Un Sony Ericsson K300i mazo de chulo con una pantalla muy guapa y cámara. Evidentemente la cámara es una mierda, pero está bien para gilipollear. El caso es que me costó 100€ con 80€ en llamadas, con lo cual al final no me pareció mal negocio.
Cuando estaba a punto de salir de la tienda le pregunté al dueño por una tienda para comprar adaptadores de enchufe, y fue muy curioso porque se montó una discusión allí en la tienda sobre dónde mandarme. Jajaja, cada persona me decía una dirección. El caso es que lo compré y luego compré una tarjeta de llamadas internacionales y, al fin, un paraguas. Collapsable umbrella que le llaman por aquí al paraguas plegable chiquitín. Y justo a tiempo, porque cuando volví al campus (en autobús, claro, que esto pilla a hacer leches), empezó a chispear. En esto sí que tuve suerte.
Pero antes de volver, como estaba en el centro, pensé que estaría bien dar una vuelta por el parque de Saint Stephen’s Green. Y está muy bonito, oye, con su riachuelo, sus patos a los que saqué fotos, of course, porque a los del lago del Eroski nunca he podido sacarles ninguna, y en el centro unos floripondios preciosos de muchos colores. Todo bañado del verde del césped. Muy relajante. Le saqué también una foto a una estatua en cuyo pie se leía que era un regalo de los alemanes a los irlandeses por haber cuidado de sus niños después de la II Gran Guerra. Sabía que Irlanda se declaró neutral durante la guerra, pero no sabía nada de esto. Aunque claro, sigo esperando a que Guille se despierte y me mande los drivers de la cámara para poder sacar las fotos. Así que aún no tenéis reportaje.
Cuando volví a UCD lo primero que hice fue llamar a Philippa, porque NECESITABA una casa, así que le dije que me quedaba con la habitación. Me acerqué a por la maleta, porque el B&B está muy cerca de la Universidad, y ella vino a recogerme en coche para llevarme a su casa. Por cierto, mazo de acojone. Conduce como una loca. Yo nunca había visto un adelantamiento en ciudad en una vía de doble sentido y un solo carril para cada sentido… De corbata me los puso.
Llegamos a la casa, deshice la maleta y toda la leche, y me volví a la Universidad, donde Tangwen me presento a Valentine, que es un negrito de Zambia muy simpático y que hace con los ojos cosas parecidas a las que hace Debanik.
Volví, y antes de acostarme, probé un fruit cake, de Morton’s, (el equivalente al Mercadona de Ciudad Real), con pasas y cerezas, que estaba glorioso. Me acosté bastante más tranquilo de lo que pasé el dia, y es que eso de saber que tienes casa, oye, pues te da una cierta tranquilidad.

martes, agosto 09, 2005

Pa buscar piso

Por cierto, se me olvidaba. Si buscáis alojamiento en Irlanda, os recomiendo que entréis en esta página, que está muy apañá. Lo mejor sería que unos días antes de venir os registráseis en la roommate database.
Para eso os tenéis que registrar y hacer como si fueseis a poner un anuncio, entonces en lugar de ponerlo (que es lo primero que os sale), bajáis por la página hasta donde pone lo de roommate database y pincháis. Dais los datos (que queráis) y una breve descripción (in english, please) y ya os llegarán ofertas. A mi sólo me llegó una, pero estaba bastante bien. Lamentablemente, me llegó después de que estuviera instalado.
De todos modos, podéis buscar pisos en la página sin necesidad de registraros, pero tened cuidado porque vuelan. La peña los alquila a toda ostia.
Para venir unos pocos días, lo suyo es un youth hostel o un bed&breakfast(que es más caro pero con habitación propia). Podéis encontrar muchos aquí, pero vamos, si queréis algo, me lo comentáis y ya os informo.
Dejo ya de spamear mi blog. Mañana (espero, porque esta tarde vamos de despedida de una chica de Toledo) más.

3 de Agosto. Primeros "contactos".

Me levanté con tiempo y me di una ducha. Es curioso lo de los cuartos de baño aquí en Ireland. Resulta que tienen un extractor de humos. Como las cocinas. Claro que es que muchos no tienen ventana.
El caso es que bajé de la habitación a desayunar y me pedí el desayuno irlandés, que hay que ponerse la camiseta del equipo donde juegas, como dice Daniel. Esto es para reventar. Primero te ponen leche para que te puedas echar los cornflakes, un vasito de zumo y pan irlandés, que viene a ser parecido al pan bimbo integral, pero más consistente. Pero la gracia está cuando llega la landlady con el plato lleno de lo que ellos llaman bacon (que para mí que es lomo), salchichas y un huevo. Y cuatro tostadas, por si te parecía poco. Y mermeladas de blackberry y de apricot (lo de blackberry no sé lo que es, el apricot creo que es albaricoque, no?). Evidentemente, di buena cuenta de ello como si fuese un Guille hambriento en un buffet de Torremolinos, y salí cagando leches con el portátil a cuestas para la universidad.
Preguntando se llega a Roma, así que también se llega al UCD y al School of Engineering, e incluso te llevan al despacho del profesor con el que vas a trabajar. Y es que los irlandeses son very helpful, como dicen por aquí. Allí estuve hablando con William O’Connor, (que es un Senior Lecturer, no un Professor, aunque por méritos podría serlo), en adelante Willi, que es un tío muy majo, muy normal y con mucha paciencia para entenderme. Y cuando se acaba la paciencia, encima sabe español. Te cagas. Estuvimos hablando sobre lo que iba a hacer durante la estancia, y, al final, resulta que lo que voy a hacer aquí continúa exactamente con lo que estaba haciendo con Ismael en España, así que encaja en la tesis como anillo al dedo.
Entonces fuimos a ver a la secretaria, Martine, una francesa muy simpática, que estuvo ayudándome a rellenar la solicitud de admisión como estudiante visitante y demás datos administrativos.
Una vez finiquitados dichos papeleos, nos fuimos a la búsqueda de un sitio donde aposentar mi precioso trasero. Y lo encontramos. Llegamos a una habitación donde había otro chino, (cojones, si es que van a conquistar todo el puto planeta). Vamos a tener que construir “La Gran Reja China”, lo que viene siendo alrededor del país, para evitar que salgan tantos. El chino nuevo se llama Chungmin, pero se dice Chonmii, y está siempre riéndose. Supongo que debe ser como Ismael cuando le hablan los iranís, pero este es que lleva ya aquí más de 3 años. Ya podía haber aprendido algo…
Lo siguiente fue hacerme sitio, porque el escritorio que era para mí estaba completamente atestado de montañas de papeles. Y hacer sitio consistió en amontonar todos los papeles en un rincón y dejar una zona limpia. Bueno, limpia, lo que se dice limpia, no. Digamos despejada. Porque tenía mierda del año que se la fuesen pidiendo, oye. Las montañas de papeles eran de Johnny, que es un tío muy raro que está en el mismo despacho que Chungmin y yo. Pero raro de cojones. Para mí que está siempre borracho, por que va colorao como los hooligans esos que van a España.
Cuando salimos del despacho, Willi me presentó a una chica llamada Clidnha, (otro nombre irlandés que se lee Cliena), que ha estado viviendo en España durante año y medio, y que además resulta que tiene a Magín, el catedrático de motores de Ciudad Real, en su tribunal del Doctorado. Te cagas. El mundo es muy chiquitín al final, eh? Es una chica muy simpática y muy divertida, y habla un estupendo español, (bastante mejor que mi inglés). Me dijo que la buscase en el laboratorio para ir a tomar un café y hablar un rato, pero al final no tuve tiempo en toda la semana.
Después pasé a ocuparme de temas más burocráticos y me fui para la International Office, (en adelante IO), que resultó estar cerrada porque habían salido a tomar café. ¡Coño! En ese momento me sentí como en casa. Como si subiese a ver a las Maites. Así que me fui a dar una vuelta por el campus, porque por lo menos habían dejado una nota diciendo cuándo volvían. Esto es muy bonito. Hierba por todos lados, muchos árboles, muy espacioso, un lago con patos (vi una mamá pata y sus patuelos, pero no pude echarles una foto porque no llevaba la cámara). Pero los edificios son más funcionales que artísticos. Están mejor los de Ciudad Real, así que imaginaros. Eso sí, el puñetero campus es enorme y tiene hasta una iglesia dentro, varios campos de fútbol y 3 residencias para estudiantes.
Cuando volví a la IO, conocía Niamh, que resultó que era una chica. Yo asociaba el nombre a Raf… digoooo a Naim Thomas, así que pensaba que era un maromo, pero no. En la IO eran todo mujeres. Y Niamh, que es un nombre irlandés (o gaélico, como prefiráis) que se pronuncia Niif, (te cagas), es una chica muy guapa que se portó muy bien conmigo y me dio una lista enorme de gente que había ofrecido alojamiento para estudiantes extranjeros. Lo tienen muy bien montao el chiringuito por aquí.
Con esa lista me fui al Student Centre, y me metí en un despacho con un letrero que decía “Accommodation off-campus”, porque resulta que desde ahí podías llamar gratis para buscar alojamiento. Eso me vino mu bien, porque si no me había tocado gastarme una pasta que te cagas. Lo chungo fue lo de hablar por teléfono. Joooooder. Vaya marrón. Yo no entendía nada a la gente con la que hablaba, pero es que ellos me entendían menos aún a mi. Menos mal que una chica muy amable que estaba allí me ayudó con alguna llamada. De la lista que traía con 20 pisos, más los que apunté allí en el Student Centre, al final conseguí sólo 3 citas para ver casas compartidas (Que si ya está alquilado, que si buscamos alguien para más tiempo, que si no te entiendo…) Además de otra para ver una casa en la que una encantadora señora, Philippa Quinlan, que me encontré allí en el Student Centre, alquilaba una habitación, pero very expensive (135€ per week). Con todo el cachondeo ya eran las cinco y media y no había tomado nada desde el desayuno, (menos mal que fue contundente). Y tampoco tenía tiempo de tomármelo ahora, porque me fui de ruta.
Qué panzada de andar. Dublín es mu grande. Pero muuu grande. Estuve en casa de Philippa y conseguí con mi maravillosa sonrisa y un poco de dar pena que me lo bajase a 110€, porque la verdad es que me gustó la habitación, con su ducha propia y bastante espaciosa. Un armario grandote. Una cama aceptable. Una mesa para el portátil.
Después fui a ver otra casa igual en el otro lado de la calle para compartir con tres chavales irlandeses. Había uno, que además era el que había puesto el anuncio, que era igual que Jaime Tapiador. Igual tiene un primo en irlanda que se llama Riannan y no lo sabe. El caso es que la casa era igual que la otra salvo porque había un montón de cerveza en una zona del dining room, tenía televisión por cable, y unas cuantas botellas de vino en la cocina. Pero claro, aquí la habitación que me tocaba era la más pequeña, con una cama muy pequeña y sin mesa siquiera. Baño compartido, of course. El alquiler era más barato pero no incluía las facturas. Además me sentí como en una entrevista, porque me dijeron aquello de deja tu número y ya te llamaremos. Hay que hacer un casting para compartir piso aquí en Irlanda. Manda huevos.
Tras esto, salí de la urbanización en la que estaba y me fui a ver otro sitio. Claro, pensé yo muy hábilmente, en media hora llego sobrao. Pues va a ser que no. Aquí en Dublín TODO está a tomar por culo. Y claro, tardé casi una hora en llegar, (vamos, media hora tarde) total, que cuando llegué no había nadie en casa.
Así que, como ya eran las 8:30 pm, me pasé por un SPAR y me compré unas magdalenas. Cuando le pido una bolsa y me dice que 15 centimos!!!! Pero esto qué es??? Ha abierto el caosman una cadena de supermercados en Irlanda??? Alberto, sálvameee!!! Los pagué religiosamente porque necesitaba la bolsa, y más tarde me enteré de que aquí están favoreciendo que se dejen de usar los plásticos en la medida de lo posible. Vamos, que era una medida estatal, no el impuesto del caos.
Me volví al B&B dando un paseo, (como si no hubiese andado suficiente), y comiendo magdalenas, que estaba que me caía de hambre, y dormí toda la noche como un lirón. A todo esto, soy un inconsciente, porque me estuve paseando más de 3 horas por Irlanda sin paraguas. Menos mal que la dichosa lluvia no hizo su aparición.

2 de Agosto. Lo que viene siendo el viaje, vamos.

Bueno, pues aquí estoy, tirado en la zona de facturación del aeropuerto de Barajas, esperando a que me llegue la hora de dejar esta maleta, que más que maleta es un muerto, ¡cómo pesa la jodía! He tenido un par de episodios de crisis cuando estaba en el metro, porque me ha tocado subir un par de tramos de escaleras en los que me ha costado la vida misma levantar esta puñetera maleta. ¡Y encima, cuando hacía el trasbordo en Tribunal estaban de reparaciones en las escaleras que bajaban, que eran, como ya decía Murphy, (el de las cervezas no, Guille, el de las tostadas), las que yo tenía que coger.
Estoy, como diría mi amigo cálico, “un poquito acojonao”, porque llevo un par de kilos más de los que en teoría están permitidos, así que no sé si me dirán algo, pero sería la hostia que me tocase dejar parte del equipaje en una consigna de Barajas para que Guille me lo recoja mañana… Además llevo el portátil que pesa en torno a 6 kilos, mas la figurilla del Quijote que le llevo al irlandés (que como es de madera pesa muy poco), mas la carpeta con artículos que me he atrevido a llevarme. Anda que como al final resulte que se permiten dos bultos en vez de uno… me corto las venas, porque eso hubiese significado 40 kg en lugar de 20, lo que supone un cambio considerable, ¿verdad?
Mira que he llevado bien lo de tener que irme, pero me ha entrado una crisis cuando ha llegado la hora de despedirme en la estación que por poco me pongo a llorar como una magdalena. Al final va a tener razón Emi con eso de que cuando te vas fuera de casa eres muy sensible a los “ataques de calor de hogar”, como decía el anuncio.
Son ya las cuatro menos diez, y tengo que esperar al menos hasta las cinco para poder facturar. Esto va a ser un coñazo, porque la batería se acabará en algún momento…
Como siempre, al final todo por los pelos y lo que no está por los pelos, está aún en el aire. Creo que quedé con Tangwen Yang en que me iría a recoger a la parada del autobús. Me dijo que para ir del aeropuerto al UCD tenía que coger el 747, pero, por lo que he leído en la guía de Dublín que tengo yo, ése lo que hace es llevarte al centro, a la estación de autobuses. De todos modos, es evidente que cuando esté ahí, llegar a la UCD sólo supondrá preguntar en información (o Information, como le dicen ellos). Pero el problema no es ése. La gracia está en que me dijo que iba a reservarme una habitación en un bed&breakfast, pero en ningún momento me lo ha confirmado, así que puede ser que llegue a Dublín y me encuentre con una mano delante y otra detrás y durmiendo en un parque de Donnysbrock.
El aeropuerto parece la torre de babel. Cada uno chapurrea su propio idioma. Que, por cierto, yo no sé si es que le he dado tres vueltas al aeropuerto hasta llegar donde tenía que llegar, pero me ha dado la impresión de que esto es gigante. Sí, sí, si sólo tiene 3 terminales. Ya, pero es que cada puta terminal tiene más de 300 puestos de facturación… Yo no sé, Lauri, pero igual sí es verdad que te acojonas un poquillo con esto. Por cierto, estaba pensando en poner la wifi por aquí a ver si pillo Internet gratis, pero mejor no lo hago no vaya a ser que me cargue un par de sistemas de navegación :S
Esto de estar en el puto suelo es un coñazo. Voy a ver si puedo encontrar un asiento y sigo con esto. Ta luego.

Al final encontré una cafetería donde sentarme (y encima no consumí nada XDD), y estuve esperando hasta que vi la que se formaba en la cola de un vuelo a Buenos Aires, que había una pasada de personas, así que decidí que sería bastante inteligente ponerme cuanto antes en la cola del vuelo a Dublín. Efectivamente, cuando llegué (más de dos horas y media antes de la salida) había ya por lo menos 30 personas esperando, y no podía imaginarme la de gente que iba a tener detrás. En el vuelo debían viajar casi 200 personas!!
Bueno, pues tras esperar un buen rato, me atendieron, facturé la maleta del demonio, que pesaba 22 kg (el máximo permitido eran 20 pero me hicieron la vista gorda, jejeje), elegí ventanilla, y me dieron mi tarjeta de embarque. Lo único que tuve que presentar fue el correo que me mandaron los de aer-lingus, porque ahí venía un código, lo metieron al computer y funcionando. El día que se le jodan los ordenadores no vuela ni dios, te lo digo yo.
Puntualmente a la 19:35 calentábamos motores rumbo a Irlanda. El avión era el más cómodo de los que he estado (más que los de Canarias), que no es que sea mucho decir pero se agradece. Era bastante chulo por fuera, mitad verde, mitad blanco y en el alerón trasero tenía un trébol de cuatro hojas (que se llama clover) y tenía los asientos de cuero. Me tocó al lado de un matrimonio muy simpático de Vitoria que me estuvieron contando un poco su vida, y yo les conté algo de la mía, vamos lo típico. Parece que los vascos lo llevan en la sangre esto de viajar, porque estos tampoco paraban (aunque no llegaban al nivel del Mega, claro). Las vistas eran preciosas hasta que llegamos al mar, luego se hicieron un poco monótonas, porque no se veía más que agua. En España pasamos por la costa de Cantabria y pasado el Cantábrico sobrevolamos la Bretaña francesa, (es muy curiosa porque tiene forma de tenedor), donde se veían algunas playas, aunque desde 8000 metros de altura no pude discernir si eran nudistas o no. Cachis. Tras la bretaña otra vez mar, y tras el mar, evidentemente…. ¡¡¡Nubes!!! ¡No se veía irlanda, sólo una enorme masa nubosa! Afortunadamente, cuando estábamos llegando a Dublín comenzó a clarear y pude ver algo del verde paisaje, aunque poco, porque como estaba en el lado derecho del avión, veía la costa más que nada. Total que aterrizamos y al bajar del avión la primera comparación con España ¡Pero cuánta hierba! Aquí Bob Marley se iba a poner las botas. En Barajas los campos que rodean las pistas son amarillentos/ocres, mientras que aquí parecen el Santiago Bernabeu.
Tras recoger la maleta, me dirigí a la cabina para llamar a casa, y yo no sé si siempre es así por estas tierras o me tocó la Jenna Jameson de las cabinas, porque hay que ver cómo tragaba la cabrona. Más que la alcantarilla de un aquapark. Conseguí contactar con Tangwen (para quien no lo sepa, es un chino muy simpático que se supone que me hace de guía por aquí), y me dijo qué autobús tomar (Aircoach, Bus Stop 5, until UCD), y vino a recogerme a la parada. Cuando me puse a hablar con él creí que se me caía el cielo encima. Parecía que yo no tenía ni idea de inglés. Afortunadamente luego descubrí que era él el que no sabía. Me llevó a la casa de huéspedes, otra vez dando tumbos con la dichosa maleta, y me hizo de intérprete con la dueña de la casa (lo que viene siendo la landlady por aquí), aunque yo creo que la mujer me entendía más a mi que al chino. Luego se fue, me quedé en la habitación y pasé una noche muy tranquila. La habitación era pequeña, pero tenía una cama de matrimonio, un cuarto de baño propio (que aquí llaman en-suite), televisión y hasta manta eléctrica.

Os voy a hacer un reportaje la mar de majo

Bueno, bueno, bueno. Pues como ya estoy más o menos establecido y tengo algo de tiempo hasta que llegue el profe, voy a haceros, a modo de noticia de prensa rosa, un reportaje completo de lo que han sido estos últimos días por aquí. Iré posteando poco a poco porque la verdad es que me está quedando bastante largo. Así os culturizáis, que necesitáis leer más :p
La lástima es que no puedo poner fotos porque no tengo los drivers de la cámara hasta que Guiiillaaaaa!!!!! me los mande por correo, así que las culpas a él.