Nombre:
Lugar: Spain

martes, agosto 09, 2005

3 de Agosto. Primeros "contactos".

Me levanté con tiempo y me di una ducha. Es curioso lo de los cuartos de baño aquí en Ireland. Resulta que tienen un extractor de humos. Como las cocinas. Claro que es que muchos no tienen ventana.
El caso es que bajé de la habitación a desayunar y me pedí el desayuno irlandés, que hay que ponerse la camiseta del equipo donde juegas, como dice Daniel. Esto es para reventar. Primero te ponen leche para que te puedas echar los cornflakes, un vasito de zumo y pan irlandés, que viene a ser parecido al pan bimbo integral, pero más consistente. Pero la gracia está cuando llega la landlady con el plato lleno de lo que ellos llaman bacon (que para mí que es lomo), salchichas y un huevo. Y cuatro tostadas, por si te parecía poco. Y mermeladas de blackberry y de apricot (lo de blackberry no sé lo que es, el apricot creo que es albaricoque, no?). Evidentemente, di buena cuenta de ello como si fuese un Guille hambriento en un buffet de Torremolinos, y salí cagando leches con el portátil a cuestas para la universidad.
Preguntando se llega a Roma, así que también se llega al UCD y al School of Engineering, e incluso te llevan al despacho del profesor con el que vas a trabajar. Y es que los irlandeses son very helpful, como dicen por aquí. Allí estuve hablando con William O’Connor, (que es un Senior Lecturer, no un Professor, aunque por méritos podría serlo), en adelante Willi, que es un tío muy majo, muy normal y con mucha paciencia para entenderme. Y cuando se acaba la paciencia, encima sabe español. Te cagas. Estuvimos hablando sobre lo que iba a hacer durante la estancia, y, al final, resulta que lo que voy a hacer aquí continúa exactamente con lo que estaba haciendo con Ismael en España, así que encaja en la tesis como anillo al dedo.
Entonces fuimos a ver a la secretaria, Martine, una francesa muy simpática, que estuvo ayudándome a rellenar la solicitud de admisión como estudiante visitante y demás datos administrativos.
Una vez finiquitados dichos papeleos, nos fuimos a la búsqueda de un sitio donde aposentar mi precioso trasero. Y lo encontramos. Llegamos a una habitación donde había otro chino, (cojones, si es que van a conquistar todo el puto planeta). Vamos a tener que construir “La Gran Reja China”, lo que viene siendo alrededor del país, para evitar que salgan tantos. El chino nuevo se llama Chungmin, pero se dice Chonmii, y está siempre riéndose. Supongo que debe ser como Ismael cuando le hablan los iranís, pero este es que lleva ya aquí más de 3 años. Ya podía haber aprendido algo…
Lo siguiente fue hacerme sitio, porque el escritorio que era para mí estaba completamente atestado de montañas de papeles. Y hacer sitio consistió en amontonar todos los papeles en un rincón y dejar una zona limpia. Bueno, limpia, lo que se dice limpia, no. Digamos despejada. Porque tenía mierda del año que se la fuesen pidiendo, oye. Las montañas de papeles eran de Johnny, que es un tío muy raro que está en el mismo despacho que Chungmin y yo. Pero raro de cojones. Para mí que está siempre borracho, por que va colorao como los hooligans esos que van a España.
Cuando salimos del despacho, Willi me presentó a una chica llamada Clidnha, (otro nombre irlandés que se lee Cliena), que ha estado viviendo en España durante año y medio, y que además resulta que tiene a Magín, el catedrático de motores de Ciudad Real, en su tribunal del Doctorado. Te cagas. El mundo es muy chiquitín al final, eh? Es una chica muy simpática y muy divertida, y habla un estupendo español, (bastante mejor que mi inglés). Me dijo que la buscase en el laboratorio para ir a tomar un café y hablar un rato, pero al final no tuve tiempo en toda la semana.
Después pasé a ocuparme de temas más burocráticos y me fui para la International Office, (en adelante IO), que resultó estar cerrada porque habían salido a tomar café. ¡Coño! En ese momento me sentí como en casa. Como si subiese a ver a las Maites. Así que me fui a dar una vuelta por el campus, porque por lo menos habían dejado una nota diciendo cuándo volvían. Esto es muy bonito. Hierba por todos lados, muchos árboles, muy espacioso, un lago con patos (vi una mamá pata y sus patuelos, pero no pude echarles una foto porque no llevaba la cámara). Pero los edificios son más funcionales que artísticos. Están mejor los de Ciudad Real, así que imaginaros. Eso sí, el puñetero campus es enorme y tiene hasta una iglesia dentro, varios campos de fútbol y 3 residencias para estudiantes.
Cuando volví a la IO, conocía Niamh, que resultó que era una chica. Yo asociaba el nombre a Raf… digoooo a Naim Thomas, así que pensaba que era un maromo, pero no. En la IO eran todo mujeres. Y Niamh, que es un nombre irlandés (o gaélico, como prefiráis) que se pronuncia Niif, (te cagas), es una chica muy guapa que se portó muy bien conmigo y me dio una lista enorme de gente que había ofrecido alojamiento para estudiantes extranjeros. Lo tienen muy bien montao el chiringuito por aquí.
Con esa lista me fui al Student Centre, y me metí en un despacho con un letrero que decía “Accommodation off-campus”, porque resulta que desde ahí podías llamar gratis para buscar alojamiento. Eso me vino mu bien, porque si no me había tocado gastarme una pasta que te cagas. Lo chungo fue lo de hablar por teléfono. Joooooder. Vaya marrón. Yo no entendía nada a la gente con la que hablaba, pero es que ellos me entendían menos aún a mi. Menos mal que una chica muy amable que estaba allí me ayudó con alguna llamada. De la lista que traía con 20 pisos, más los que apunté allí en el Student Centre, al final conseguí sólo 3 citas para ver casas compartidas (Que si ya está alquilado, que si buscamos alguien para más tiempo, que si no te entiendo…) Además de otra para ver una casa en la que una encantadora señora, Philippa Quinlan, que me encontré allí en el Student Centre, alquilaba una habitación, pero very expensive (135€ per week). Con todo el cachondeo ya eran las cinco y media y no había tomado nada desde el desayuno, (menos mal que fue contundente). Y tampoco tenía tiempo de tomármelo ahora, porque me fui de ruta.
Qué panzada de andar. Dublín es mu grande. Pero muuu grande. Estuve en casa de Philippa y conseguí con mi maravillosa sonrisa y un poco de dar pena que me lo bajase a 110€, porque la verdad es que me gustó la habitación, con su ducha propia y bastante espaciosa. Un armario grandote. Una cama aceptable. Una mesa para el portátil.
Después fui a ver otra casa igual en el otro lado de la calle para compartir con tres chavales irlandeses. Había uno, que además era el que había puesto el anuncio, que era igual que Jaime Tapiador. Igual tiene un primo en irlanda que se llama Riannan y no lo sabe. El caso es que la casa era igual que la otra salvo porque había un montón de cerveza en una zona del dining room, tenía televisión por cable, y unas cuantas botellas de vino en la cocina. Pero claro, aquí la habitación que me tocaba era la más pequeña, con una cama muy pequeña y sin mesa siquiera. Baño compartido, of course. El alquiler era más barato pero no incluía las facturas. Además me sentí como en una entrevista, porque me dijeron aquello de deja tu número y ya te llamaremos. Hay que hacer un casting para compartir piso aquí en Irlanda. Manda huevos.
Tras esto, salí de la urbanización en la que estaba y me fui a ver otro sitio. Claro, pensé yo muy hábilmente, en media hora llego sobrao. Pues va a ser que no. Aquí en Dublín TODO está a tomar por culo. Y claro, tardé casi una hora en llegar, (vamos, media hora tarde) total, que cuando llegué no había nadie en casa.
Así que, como ya eran las 8:30 pm, me pasé por un SPAR y me compré unas magdalenas. Cuando le pido una bolsa y me dice que 15 centimos!!!! Pero esto qué es??? Ha abierto el caosman una cadena de supermercados en Irlanda??? Alberto, sálvameee!!! Los pagué religiosamente porque necesitaba la bolsa, y más tarde me enteré de que aquí están favoreciendo que se dejen de usar los plásticos en la medida de lo posible. Vamos, que era una medida estatal, no el impuesto del caos.
Me volví al B&B dando un paseo, (como si no hubiese andado suficiente), y comiendo magdalenas, que estaba que me caía de hambre, y dormí toda la noche como un lirón. A todo esto, soy un inconsciente, porque me estuve paseando más de 3 horas por Irlanda sin paraguas. Menos mal que la dichosa lluvia no hizo su aparición.