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miércoles, agosto 10, 2005

4 de Agosto. Me quedo en la calle

Este día me lucí. Pero como un campeón. Pues no que voy y me despierto y miro el reloj y son las 9:15. Digo ya la he liao, ahora llego tardísimo al UCD y encima sin desayunar, porque se me habrá pasao la hora. Así que me duché y me vestí todo lo rápido que pude y salí echando leches a tomar el desayuno, lo que quiere decir que a las 9:45 estaba abajo. Cuando llamo al timbre, y me sale la landlady, más cabreá que un mono diciéndome “istentuseven, istentuseven”, que claro, ahora veo claramente lo que me quería decir, pero entonces no entendía nada. Yo pensaba que ya me había quedado sin desayuno. Bueno, pues no. Resulta que el puto reloj de la habitación (un radio-despertador de esos) se había adelantado cosa así como 3 horas, así que lo que me decía la mujer es que era demasiado pronto para que me pusiesen el desayuno, que no lo servían hasta las 7:30 como muy temprano. Quedé como un señor. Total, que cuando me di cuenta de lo que pasaba, porque miré mi maravilloso reloj de pulsera, que por algo está ahí, me subí a la habitación completamente avergonzado y me senté a esperar a las 8 para bajar a desayunar. Cuando bajé me disculpé doscientas mil veces, y pregunté si me podía quedar esa noche también, porque sólo tenía la habitación reservada dos días, y me dijo que no, que estaba llena la casa. Ostia. Se me cayó el alma a los pies. Tenía que dejar la habitación antes de las 11, y sólo podía dejar el equipaje en la casa hasta las 7. A las seis tenía otra visita a un piso, pero entonces lo tenía clarísimo. Me quedaba con Philippa.
Hice la maleta y la dejé en el hall. Luego me di cuenta de que me olvidé un par de gayumbos en un cajón, ¿qué harían cuando los vieran? Me hubiese gustado ver su cara diciendo “Disgustin!!!”. Me fui a UCD y de allí salí para el City Centre, porque tenía cosas urgentes que comprar. 1,50€ de bus y 20 minutos de viaje. Escuchando a ‘Los Piratas’, eso sí, gracias al palito musical de Laura, que ha probado serme muy útil. Muchas gracias, cielo. Cuando llegué a Saint Stephen’s Green, que es un parquecillo mu chulo en medio de la ciudad con un riachuelo, y un puente, y patos y otros pajarracos que no sé lo que eran y un montón de flores y eso, me fui directo a la tienda de Grafton Street que me había dicho Niamh, para comprar un móvil, porque, como yo ya sabía, y me dijeron allí, si no tenía el móvil liberado, no podía comprar sólo la tarjeta. Pues nada, me compré un Vodafone, por aquello de que es la mayor compañía aquí en Irlanda y no estoy yo muy sobrao como para ir gilipolleando ahorrándome unos céntimos. Vamos a lo seguro. Un Sony Ericsson K300i mazo de chulo con una pantalla muy guapa y cámara. Evidentemente la cámara es una mierda, pero está bien para gilipollear. El caso es que me costó 100€ con 80€ en llamadas, con lo cual al final no me pareció mal negocio.
Cuando estaba a punto de salir de la tienda le pregunté al dueño por una tienda para comprar adaptadores de enchufe, y fue muy curioso porque se montó una discusión allí en la tienda sobre dónde mandarme. Jajaja, cada persona me decía una dirección. El caso es que lo compré y luego compré una tarjeta de llamadas internacionales y, al fin, un paraguas. Collapsable umbrella que le llaman por aquí al paraguas plegable chiquitín. Y justo a tiempo, porque cuando volví al campus (en autobús, claro, que esto pilla a hacer leches), empezó a chispear. En esto sí que tuve suerte.
Pero antes de volver, como estaba en el centro, pensé que estaría bien dar una vuelta por el parque de Saint Stephen’s Green. Y está muy bonito, oye, con su riachuelo, sus patos a los que saqué fotos, of course, porque a los del lago del Eroski nunca he podido sacarles ninguna, y en el centro unos floripondios preciosos de muchos colores. Todo bañado del verde del césped. Muy relajante. Le saqué también una foto a una estatua en cuyo pie se leía que era un regalo de los alemanes a los irlandeses por haber cuidado de sus niños después de la II Gran Guerra. Sabía que Irlanda se declaró neutral durante la guerra, pero no sabía nada de esto. Aunque claro, sigo esperando a que Guille se despierte y me mande los drivers de la cámara para poder sacar las fotos. Así que aún no tenéis reportaje.
Cuando volví a UCD lo primero que hice fue llamar a Philippa, porque NECESITABA una casa, así que le dije que me quedaba con la habitación. Me acerqué a por la maleta, porque el B&B está muy cerca de la Universidad, y ella vino a recogerme en coche para llevarme a su casa. Por cierto, mazo de acojone. Conduce como una loca. Yo nunca había visto un adelantamiento en ciudad en una vía de doble sentido y un solo carril para cada sentido… De corbata me los puso.
Llegamos a la casa, deshice la maleta y toda la leche, y me volví a la Universidad, donde Tangwen me presento a Valentine, que es un negrito de Zambia muy simpático y que hace con los ojos cosas parecidas a las que hace Debanik.
Volví, y antes de acostarme, probé un fruit cake, de Morton’s, (el equivalente al Mercadona de Ciudad Real), con pasas y cerezas, que estaba glorioso. Me acosté bastante más tranquilo de lo que pasé el dia, y es que eso de saber que tienes casa, oye, pues te da una cierta tranquilidad.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vamos a ver que no tenog el cd, en cuanto este en mi poder...
¡Ya me pensare si enviartelos!
JAJAJAJA
Saludotes

4:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

la culpa de lo del cd es mía, lo siento :(
Oye, en las tiendas de allí ¿venden algo más que dulces? Es que sólo hablas de que comes pasteles. Digo yo que también venderán carne y verdura. ¿La fruta en Irlanda es más cara que aquí? ¿Qué fruta venden? Es sólo por curiosidad. Besos

7:19 p. m.  
Blogger Fran said...

Pues no son pasteles, que son barritas de chocolate, que lo sepas. Y si, también venden verduras, pero como ya me las conozco, pues no comento nada de ellas. Aunque lo que es curioso, es que la fruta que se considera buena, la traen del extranjero, léase mandarinas de chile, manzanas de sudáfrica, melones de españa, y cosas así. Lo que pasa es que es bastante cara. Ejemplo: melón de españa (approx. 1,5 kg) 2,54€ en la tienda más barata que he encontrado. Así que sale más barato inflarse a chocolate. :D. En realidad ese es un ejemplo extremo, pero la comida es más cara que en España. Bastante.

12:51 p. m.  

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