Asalto a la fábrica de la Guinness

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Lugar: Spain

miércoles, octubre 19, 2005

18th September. Howth

Me fui con Florence para el centro y recogimos a Guillermo para ir a Howth y, entre unas cosas y otras estábamos cogiendo el tobús a las 14:30, porque decidimos, después de lo de la semana pasada, que el DART mejor ni lo intentábamos. De hecho, al final era mejor coger el bus, porque te dejaba en lo alto de la península y tú ya “sólo” tenías que bajar, mientras que el DART te dejaba en el pueblo, que no es que esté mal, pero a mí lo que me apetecía era andar un ratín. Por cierto, cuando íbamos en el bus vi que había una especie de mercadillo de libros, no sé si de segunda mano, así que igual hay que pasarse algún día a curiosear un poco.
Desde ‘The summit’, que es la parte más alta de la península se pueden seguir dos caminos: a izquierdas y a derechas. Hacia la izquierda el camino es más corto y lo único que se ve es el mar y los acantilados que hay en esa parte. Al final desemboca en el pueblo (digo pueblo, pero en realidad creo que es considerado un barrio de Dublín). El caso es que en la otra dirección había un faro muy potito y buenas vistas de toda la bahía de Dublín, así que seguimos ese camino. El único problema fue que Florence, con sus dificultades para andar no podía ir rápido, así que nos llevó casi cuatro horas llegar a la parada de bus para volver.
El paseo fue agradable, pero no dejó de ser un paseo. Es decir, que tampoco es tan maravilloso el sitio como me lo habían pintado. Lo que queda es el reportaje fotográfico que hice y que podréis ver en mi espacio de MSN en breves momentos. Lo que más me llamó la atención fue una casa que estaba construida en la ladera del acantilado y que estaba orientada hacia el este, desde donde se deben ver unos amaneceres maravillosos…
Al volver, hicimos vida de turistas y nos fuimos a comer al McDonald’s una de sus sanas hamburguesas y después al Temple Bar de Temple Bar, (por fin!) donde estuvimos degustando unas pintas de esas que tú y yo sabemos ;)
Hechos polvo con tanto caminar nos fuimos a casa y yo dormí como un lirón.