Nombre:
Lugar: Spain

viernes, septiembre 16, 2005

3rd September. Dinner at home.

Por la noche teníamos, Manuel, Guillermo y un servidor, cena en mi casa, aprovechando que Phillipa estaba haciendo vida social en el campo, así que, como a mí me tocaba encargarme de la bebida, me fui al centro a comprar vinillo y frutas para hacer una sangría pero me olvidé coger perras, así que no pude comprar en el mercadillo de la calle Moore ni en el Lidl, que era donde quería ir, ya que en ninguno de los dos sitios aceptan tarjetas de credito. Al final compré una botellita de Lambrusco y una de vino de Alcázar, unos melocotones y unas manzanas, y con todo el cachondeo de buscar los libros de la Dragonlance, llegaba tardísimo a casa.
Cuando estaba en el bus me mandó un mensaje Víctor (el otro peruano), diciéndome que qué íbamos a hacer esa noche, así que le dije lo de la cena y, obviamente, se apuntó. Ya empezábamos de problemas, porque yo había calculado bebida para tres, no para cuatro, y me imaginaba que Manuel y Guillermo lo mismo. Bueno, pues cuando llegué a casa faltaban 10 minutos para la hora que habíamos quedado (me comprometí a recogerles en la puerta de la Universidad porque no sabían aún dónde vivía), así que me puse a preparar la sangría a toda prisa, pero claro, no me dio tiempo. De todas formas no tenía hielo hecho en el congelador, así que pensé en comprarlo en la tienda cuando volviésemos de la Universidad. ¡Ah, amigo! ¡Grave error el mío! Luego recordé que ya me lo había comentado Emiliano, que fuera de España era complicado comprar hielos, tenías que hacerlos tú. Manuel me lo confirmó, y, de hecho, en el SPAR no sabían de lo que les estaba hablando, así que la sangría, sin hielo. Manda huevos. El caso es que al final estuvo medio buena y todo. Dulcecita, como a mí me gusta ;)
Llegó Victor en taxi y, a los 5 minutos llamó Valentine para preguntarme dónde estaba, así que le dije que se viniese. Ahí fue donde la cosa se complicó aún más, porque ya éramos 5 para comernos lo de 3, pero Víctor se ofreció a ir a comprar unas pizzas precocinadas, y así equilibramos la cosa.
El menú estuvo compuesto de: un aperitivo a base de sangría; un entrante de ensalada con tomate, lechuga, atún, aceitunas negras y queso feta (nunca lo había oído, pero el caso es que sabía muy bien, un poco fuerte) cortesía de Manuel; un plato principal a base de pollo, verduras y espaguetis que no recuerdo cómo se llamaba y que cocinó Guillermo regado con el Lambrusco; las pizzas de Víctor (que menuda odisea para cocinarlas, porque no había quien entendiese el maldito horno, y de hecho una se quemó y la otra estaba medio cruda, cuando las cocinamos a la vez) y, de postre, una Porter Cake que trajo Manuel. Es un bizcocho de esos que hacen por aquí con fruta, pero que además está cocinado con Guinness. La verdad es que está superior. Por supuesto, después hubo copita de licor, concretamente Mist, un licor de whisky con miel y hierbas que está super fuerte (35 % alcojol), y café a elegir entre Vainilla y Capuccino.
Una cena bastante buena, y una estupenda conversación en inglés acerca del 23-F y el asalto de Tejero al parlamento y el papel del Rey en España. Habíamos quedado a las 20:00 y se fueron a la 1:30, así que no estuvo nada mal.
Lo chungo fue luego lavar los platos y fregar la cocina. Me acosté a las 3:00 y cansado como Rocco después de rodar una película.